Si tu alma fuera como un jardín, cuidarías lo que pones en él y te harías cargo de verlo hermosear.
¿Qué le siembras?
Ideas y sentimientos. Trata de que sean los mejores. Alguna que otra mala idea o mal sentimiento llegarán, arráncalos como malas hierbas.
¿Cómo lo cuidas?
Con buenos hábitos. Un jardín no prospera por arte de magia. Tu alma tampoco.
Los hábitos son conductas repetidas hasta hacerse costumbres. Repite lo que es útil y bueno, las dos cosas.
Tal vez será interesante que mires tu jardín o tus macetas. Te darán una idea de cuán cuidadoso y prudente eres.
Como trates a tus plantas te tratas a ti mismo en cuanto a lo que piensas, sientes y haces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario