Cuando uno se "cierra" al mundo, no se puede estar feliz.
Cuando uno no quiere aprender algo nuevo, se está cerrando.
Cerrarse significa estar viviendo como si no se viviera, vivir con desgano, apagados.
Estar abierto al mundo es conservar la ilusión y la alegría por conocer más, por saber más, por ampliar nuestros horizontes.
Estar abierto al mundo es pensar : mientras vivo debo vivir, porque el mundo bello me lo ha dado Dios y todo lo bueno que en el mundo puede haber es para que yo lo conozca y lo emplee, para mi bien y el ajeno.
Si alguien pensó al leer el título, que "abrirse a las nuevas ideas" es empezar a vivir sin brújula, se equivocó. Ese "abrirse" debería llamarse "hundirse". No confundamos las cosas.
lunes, 3 de enero de 2011
PARA ESTAR FELIZ, ÁBRETE A NUEVAS IDEAS.
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