Si te pones a observarte vas a sorprenderte por la cantidad de veces al día que dices "tengo que"... levantarme, salir, ir de compras, preparar mi comida, trabajar, estudiar, arreglar la casa, llamar a alguien, ...
Y decir "tengo que" suena a lamento, y los lamentos no dan felicidad, sino todo lo contrario.
Mucho mejor es decirte, por ejemplo, "decido levantarme porque hoy es un día lleno de actividades que me conviene cumplir".
¿Te parece lo mismo? No te engañes.
Elegir y decidirse por algo modifica la actitud con la que lo vas a hacer, te da motivación, te da energía.
Quien se sabe libre para tomar sus decisiones, porque valora o quiere algo, es mucho más feliz.
lunes, 11 de noviembre de 2013
PARA SENTIRTE MÁS FELIZ, DECIDE EN LUGAR DE DECIR "TENGO QUE" .
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