También nuestras vidas nos pueden parecer complicadas y llenas de pequeños o grandes problemas.
Lo cierto es que, si nos observáramos, veríamos qué pocas veces en el día sonreímos y menos aún reímos.
Incluso puede ocurrir que se nos haya enseñado que reír mucho es asunto de gente necia o poco educada.
Pero nadie se siente bien con los músculos de la cara y el corazón apretados.
Y la verdad es que no faltan razones para sonreír y reír. Existen asuntos buenos, asuntos inocentes,asuntos graciosos, si nosotros queremos verlos.
Y las investigaciones parecen demostrar que la risa es curativa.
Hasta en las tristezas, una sonrisa nos recuerda que mantenemos la esperanza en Dios.
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