[Por supuesto, no estoy hablando de las personas que verdaderamente necesitan más.]
Es una mezcla de ambición e inseguridad. Y si no nos controlamos acabaremos sintiéndonos muy desdichados y hasta podemos acabar muy perjudicados.
Y se hace más notorio porque, no pocas veces, los que más ansían poseer son los que a ojos de los demás ya tienen bastante.
Así se arruina la salud, la familia, la cooperación, la economía, la paz.
Ambicionamos más porque vivimos comparándonos, porque crecimos insatisfechos, porque asumimos que tener es ser más, porque no sabemos lo que realmente valemos.
Y la inseguridad empeora la ambición, ya que no nos permite reconocer nuestros logros, y los hace aparecer como insignificantes.
No soy lo que tengo, aunque el mundo piense así.
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