Lo digo porque acostumbramos irnos a dormir pensando en lo que haremos mañana o lo que hicimos en el día. Si es satisfactorio, puede ser hecho.
Pero a veces nos ponemos a hacer la lista de nuestras preocupaciones y tristezas. Y la ansiedad se apodera de nosotros. Y no sólo pensamos en los problemas nuestros sino en los de la familia, los amigos, la humanidad.
Entramos en una espiral de pensamientos tristes o desalentadores y tenemos asegurado el insomnio o un pobre sueño nocturno.
Dormir bien, dormir en paz, con la conciencia en paz, contribuye a nuestro bienestar corporal, mental y emocional.
viernes, 2 de marzo de 2012
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2 comentarios:
y es lo que siempre hago ...
Pues llegó la hora de corregirlo!
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