viernes, 16 de diciembre de 2011

PARA SENTIRTE MÁS FELIZ, APRENDE A ELOGIAR.

Recibir y dar elogios es un derecho psicológico.
Recibirlos nos ayuda a sentirnos apreciados y valiosos.
Darlos nos ayuda a estar bien, ya que si puedo dar un elogio es porque me siento seguro de mí y capaz de darle seguridad al otro.
No saber o no querer elogiar pone de manifiesto que no valoramos a los demás, que creemos que al valorar a otro perdemos valor nosotros, que creemos que vivir es competir a la mala.
Manifiesta,  en pocas palabras,  que no estamos felices.
Mostrar aprecio aumenta nuestra felicidad y la ajena.
Aprende a elogiar, sincera y cariñosamente.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuándo diferenciar que el aceptar recibir elogios una persona es por ser vanidosa? Uno no debe ser premiado cuando muera.

Martha Sialer Chaparro dijo...

Querido Anónimo,
Creo que cuando queremos ser vanidosos (o sea orgullosos SIN méritos) lo seremos con o sin elogios ajenos.
El elogio veraz y afectuoso entre humanos es útil para todos.Fomenta fraternidad, unidad.
Las recompensas en la Vida Eterna son independientes de las que podemos tener en esta tierra.
Gracias por tu comentario, me encanta tu interés en el tema.

Anónimo dijo...

Pero yo rechazo los elogios insistentes por parte de una persona que me parecen exagerados, pero ella continua. Me hace sentir que soy un santo y no lo soy; yo me conozco, hago el bien pero no siempre.
El aceptarlos me hace sentir mal.

Martha Sialer Chaparro dijo...

Amigo Anónimo,
Esos ya no son elogios.Ahí está la diferencia.
El elogio es el comentario cierto sobre un hecho real. Puede ser más o menos afectuoso, pero su esencia es la veracidad.
En tu caso puede ser adulación, cariño ciego, o tontería. Tú decide qué hacer con esos elogios. Pero no hay que sentirse mal, en el sentido exacto de la palabra.En todo caso, sonreir e ignorar.